Esto se debe a su original filosofía, que a pesar de militar en la categoría GT, aboga por un tamaño compacto y muy funcional por ciudad, sin que por ello se vean afectadas cualidades tan innatas en los gran turismo como su elevado confort de marcha o capacidad de carga. Y es que, gracias a sus originales características, el Burgman 125 se ha mostrado como un excelente término medio entre los grandes GT de su categoría y los scooters urbanos convencionales, al disfrutar en todo momento de las excelencias y exclusividad de los primeros y la agilidad de movimientos y facilidad de conducción de los segundos. Pocos se han atrevido a seguir sus pasos, de ahí que no disponga apenas de competencia directa y, gracias a ello y a su calidad, haya podido disfrutar durante tantos años de tan importante índice de ventas.
Tamaño ideal
En líneas generales se podría decir que el Burgman 125 es actualmente un scooter sin grandes alardes tecnológicos, pero muy práctico y funcional. Tiene una distancia entre ejes reducida y unas proporciones
muy controlables e idóneas para la ciudad; además, la distancia del asiento al suelo es bajísima, por lo que no importa tu talla: cualquiera podrá apoyar fácilmente los pies al parar. En marcha resulta muy cómodo gracias a su enorme asiento y al tamaño de su plataforma, que nos permite estirar fácilmente los pies. No es muy generoso en cuanto a equipamiento, pero bajo su asiento se halla uno de los cofres más capaces del mercado (con espacio de sobras para dos cascos integrales), y delante un grupo óptico anterior de grandes prestaciones que se muestran como los detalles más destacables de este modelo.